La historia de parachicos en tradición oral

Según la tradición oral, a mediados del siglo XVIII, al entonces llamado pueblo de Chiapa de la Real Corona, llegó doña María de Angulo buscando al curandero indígena para que aliviara a su pequeño hijo de una extraña enfermedad. Después de bañar al niño en las curativas aguas del Cumbujuyú, éste sanó de sus males.

Los parachicos evocan a los antiguos chiapacorceños que se disfrazaron para entretener al infante durante su enfermedad, de ahí su nombre, pues lo hacían “para-el-chico”. Mientras, las “chuntas” (hombres vestidos de mujeres) representaban a las mozas de la señora española.

La tradición refiere también que una terrible plaga de langosta acabó con las cosechas de la localidad, entre 1767 y 1768, y en 1770 una epidemia provocó la muerte de cientos de personas. Entonces, María de Angulo regresó al pueblo y, en agradecimiento por haber sanado a su hijo, repartió maíz y dinero entre la población.

La danza de los parachicos se sigue organizando en forma tradicional y bajo la jerarquía de las mayordomías de los distintos barrios de Chiapa de Corzo, encabezada por un patrón, cuyo cargo es heredado por los miembros de la familia Nigenda.

Los parachicos bailan al compás del pito y el tambor para el Señor de los Milagros, acompañados por las chuntas, abrecampos, vaqueros y tehuanos; el 17 de enero dedican su danza a san Antonio Abad, y el día 23 a san Sebastián Mártir.

En sus recorridos visitan los templos de Santo Domingo, San Jacinto, Señor del Calvario, la Santa Cruz de Santa Elena, la Santa Cruz de Cunduacan, el Señor de Acapetahua y San Gregorio. También van al panteón municipal para conmemorar a los patrones fallecidos, a la Plaza de Parachicos y las riberas de Nandambúa y de Las Flechas.

El texto compartido desde la pagina de Instituto Nacional de Antropologia e Historia

Otra versión detallada, muy interesante, encontraras en la pagina Tierra de lo Grande